Amparo es el primer nombre que se me ha ocurrido para referirme a mí. Sí. Amparo, Amparito de mi corazón, frena. Que si del normal no sabes liar cigarros, del no normal ya es la hostia. Dos papeles junto a un trozo de cartón roto del mismo paquete de papeles, cantidad random de cbd con un poco de tabaco, pelos de Moji y… algo que se parece al cigarro que te va a calmar tus nervios, que lo enciendes y se quema el doble papel que ya he mencionado. Resultado: Fruspi. Y es que como te gusta aparecer (junto a MALA LECHE PLUS).
Estoy nerviosa. Mañana empiezo a trabajar después de un verano de movilidad extraña. Tengo la mente pensando ya en la baja que me cogeré cuando mi querido Parks decida. ¿Por qué me puteas, Amparo‘s mind? Stop. Fluye.
Yo gestiolloro. Pero quiero que gestiollorar sirva de algo a parte de para comer chocolate. Gestiolloro lágrimas de chocolate (posible futura lámina) y sólo busco la paz de mí y Amparo (que soy yo). Cuerpo, mente y emociones. ¿Por qué ningún médico añade la palabra ‘sistema’? Influye, Y MUCHO, en el equilibrio del ser (o de mi ser).