Hablando del futuro

Ayer fue un día de aquellos que tengo regularmente, que nunca fallan, que cada mes están allí. Un día de gestionar cositas. La premenstrualidad me vuelve loca, podríamos decir que casi literalmente, pero vaya… nada nuevo en este primer párrafo.

SEGUNDO PÁRRAFO: Conversación sobre el futuro. Y es que cuando tengo días así y personas bonitas a mi alrededor, tengo conversaciones interesantes también. Me asusta el futuro, joder. Palabras que salieron ayer de mi boquita de princesa. Yo sé que hacerse mayor es algo que nadie puede evitar pero que (creo) que tendemos a ignorar. Me explico: no creo que nadie se pare a pensar en lo que le sucederá de mayor – hablando principalmente de salud, claro.

Pues bien, yo cuando tengo días de esos de gestiones, sí que lo hago y me cago en todo. Futuro, ¡qué miedo me das, colega!

Pero Futuro, te tengo que decir (bueno, en este caso escribir) que no pienso dejar que llegues nunca. Yo aunque me cueste cierto trabajo mental, me quedo en el presente. Presente a veces me queda grande pero tú, Futuro, “ni me quedas’”. De aquí no me pienso mover. Y que sepas que no estoy sola, estoy bien. Me tengo a mí.

Deja un comentario